¿las joyas de oro cambian de color?

La oxidación del oro es un tema muy curioso e importante para los amantes de las joyas.

El oro es un metal tan blando y maleable que para utilizarlo en joyería se mezcla con diferentes aleaciones.

El color resultante depende del tipo de aleación que se utilice y sus porcentajes exactos de cada aleación.

Nuestra joyería es de 18 quilates (18k). Por ley, 18k quiere decir que la pieza está compuesta por un 75% de oro puro y un 25% de otros metales.

El oro amarillo está compuesto de un 75% de oro puro, un 12.5% de cobre y 12.5% de plata 

Por su parte, el oro rosa está compuesto de un 75% de oro puro, un 20% de cobre que le da ese color tan característico y un 5% de plata.

Esta pequeña proporción de cobre y plata puede reaccionar bajo ciertas circunstancias provocando una  marca de óxido en la joya de oro de 18k. 

Recomendaciones  para el uso adecuado de las joyas 

Las joyas de oro tienden a oxidarse por dos factores: uno de ellos es el sudor debido a que éste contiene cloruro de sodio y, el otro, por causa del PH de la piel; sin embargo, muchas personas atribuyen ese efecto a la «mala calidad» de la pieza de joyería desconociendo que nuestra propia piel puede dañar las joyas dejando esas marcas. Una manera de reducir la acidez del PH de la piel es haciendo una variación de nuestra dieta consumiendo algunas frutas y café.

También existen algunos agentes externos que pueden perjudicar la pieza de joyería y producir esas manchas, como son: el agua dulce o salada, productos químicos, jabones, perfumes, cremas, etc.

Evita siempre bañarte en piscinas con cloro con las joyas de oro puestas. El cloro es una de las sustancias que deteriora nuestras joyas de oro.

Es importante que te coloques las joyas con la piel seca.

¿Cómo limpiar las joyas de oro manchadas?

Lo recomendable es acudir a un joyero inmediatamente, así evitaremos con total seguridad dañar aún más nuestras joyas. En caso de no poder hacerlo, existe una manera de limpiarlas en casa:

Lo primero, es que  necesitaremos un recipiente limpio con agua caliente, lo suficiente como para que podamos sumergir las manos sin quemarnos.  Es necesario añadir al agua caliente un poco de detergente para lavaplatos.

A continuación, sumergiremos las joyas en el agua caliente mezclada con detergente y, con ayuda de un cepillo suave, (como un cepillo para las cejas) comenzamos a cepillar las joyas. Todo ello mientras la joya aún permanece sumergida.  Hay que tener especial cuidado de no rayar la joya o dañarla de alguna forma.

Debemos poner todavía más atención a las joyas que presenten algún tipo de diamante o piedra preciosa. En estos casos es conveniente acudir a un profesional.

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